NO HUBO CULPA
¿Qué hay peor que saber que te queda poco tiempo en este mundo? Cometer un crimen y tener que cargar con la culpa en los momentos finales de tu vida. Isabel se encuentra felizmente casada con José, y ahora más con la llegada a sus vidas de un precioso bebé. Mientras, a María le diagnostican un tumor cerebral terminal a sus cuarenta y nueve años. María regresa al pueblo donde nació, a Alzira, donde tuvo una infancia feliz. Pero comete un error, un accidente que cambiará sus planes. Se lleva por delante el cochecito del bebé de Isabel y huye de la escena del crimen. La culpa aparecerá en María, que deseará que la muerte llegue cuanto antes para hacer desaparecer ese sentimiento. Isabel decidirá investigar por su cuenta el atropello de su hijo, pues se siente impotente cuando la policía no logra identificar al conductor del vehículo. Lo que ambas desconocen es que el destino hará que sus caminos se crucen con un giro perturbador
